La informática como medio para la mejora de la calidad de vida.
|
|
La ventaja de la mejora continua de la productividad técnica de los países actualmente más avanzados tecnológicamente se ha ido conformando desde el siglo XVIII debido a la innovación y mejora de los procesos productivos, a ello contribuyeron en origen dos cuestiones fundamentales: la revolución científico técnica que permitió el uso de energías como el carbón y el petróleo, y la acumulación originaria de capital realizada entre los siglos XVI, XVII y XVIII por las potencias coloniales europeas, que permitió la realización de fuertes inversiones. Esta fue en origen la ventaja en los procesos de producción de las antiguas metrópolis coloniales y desde entonces la iniciativa ha sido siempre de los países desarrollados.
La primera gran innovación fue la división de las tareas desarrollada en la Primera Revolución Industrial. En este aspecto los países industrializados han evolucionado de manera más efectiva que los países en desarrollo, mientras que en los primeros, existe una mejora continuada en la especialización y eficacia en la organización del trabajo, tanto en la agricultura, como en la industria y los servicios, en los países pobres, la división y organización del trabajo sigue respondiendo a un modelo jerárquico y clasista.
La Segunda innovación fue la mecanización y automatización, este aspecto es el que más fuertemente se desarrolla en los países desarrollados, los procesos de investigación en tecnología, biotecnología, informática etc., ha impulsado también una secuencia continuada de adelantos en la producción que han supuesto la segunda e importante innovación en el incremento de la productividad técnica.
La tercera innovación fue la ciencia del trabajo y la aplicación de la ingeniería humana (taylorismo) siendo la innovación que más se exporta a los países en desarrollo con el fin de conseguir un mayor rendimiento de la mano de obra. El taylorismo se combina tanto en los países ricos como en los pobres con el (fordismo) desarrollado por Henry Ford, sistema de trabajo basado en líneas de montaje que articulan el movimiento del producto por las distintas fases de la producción hasta el acabado final, que sustituye el al antiguo movimiento de piezas hacia una zona de montaje. Tanto el taylorismo como el fordismo son utilizados por las empresas multinacionales, aunque no tienen gran implantación en las pequeñas empresas locales de los países en desarrollo.
Las tres innovaciones expuestas hasta ahora son las más conocidas y aplicadas en la industria; no obstante, en los países más avanzados tecnológicamente, las innovaciones que marcan actualmente la diferencia en la productividad técnica de las grandes empresas de los diversos sectores económicos tienen que ver con la organización del trabajo.
En ese sentido, la cuarta innovación histórica, ha sido el nuevo concepto del trabajador.
Desde el siglo XVIII hasta mediados del XX, con la rápida expansión de las industrias e incremento de la fuerza laboral industrial, los directivos de las empresas tendían a tratar a los trabajadores bajo el concepto de vagos, resentidos y no motivados, esta consideración, llevaba a un tipo de organización del trabajo costosa basada en la vigilancia permanente de los trabajadores con personal indirecto no productivo.
En la segunda mitad del siglo XX, se va comprobando en Estados Unidos y Europa que no se puede materializar un progreso sustancial en la productividad técnica si no se establecen unas relaciones de comunicación entre trabajadores y directivos y de auto-responsabilidad del trabajador, que permita desmontar la superestructura organizativa de control y ahorrar de esa manera el elevado coste de su mantenimiento.
Cibergrafia:https://sites.google.com/site/abigailnavarreteest162/home/apuntes-del-tercer-ano-de-secundaria/plan-de-trabajo/bloque-3-innovacion-tecnica-y-desarrollo-sustentable/b-la-innovacion-tecnica-en-los-procesos-productivos/2-la-innovacion-tecnica-en-los-procesos-de-produccion-para-aminorar-el-deterioro-ambiental
|
Taylor elaboró un sistema de organización racional del trabajo, ampliamente expuesto en su obra Principles of Scientific Management (1912), en un planteamiento integral que luego fue conocido como “taylorismo”. Se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la mano de obra, máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.
Frederick W. Taylor intentó eliminar por completo los movimientos innecesarios de los obreros con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria. Hizo un estudio con el objetivo de eliminar los movimientos inútiles y establecer por medio de cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica.
La organización científica del trabajo en la revolución industrial
Al taylorismo como método de trabajo, se lo denominó organización científica del trabajo o gestión científica del trabajo, entendida como forma de dirección que asigna al proceso laboral los principios básicos del método científico, indicando así el modo más óptimo de llevar a cabo un trabajo y repartiendo las ganancias con los trabajadores. Se basa en la división del trabajo en dirección y trabajadores, la subdivisión de las tareas en otras más simples y en la remuneración del trabajador según el rendimiento.
El sistema de Taylor bajó los costos de producción porque se tenían que pagar menos salarios, las empresas incluso llegaron a pagar menos dinero por cada pieza para que los obreros se diesen más prisa. Para que este sistema funcionase correctamente era imprescindible que los trabajadores estuvieran supervisados y así surgió un grupo especial de empleados, que se encargaba de la supervisión, organización y dirección del trabajo. Este proceso se enmarcó en una época (fines del siglo XIX) de expansión acelerada de los mercados que llevó al proceso de colonialismo, que terminó su cruzada frenética en tragedia a través de las guerras mundiales. Su obsesión por el tiempo productivo lo llevó a trabajar el concepto de cronómetro en el proceso productivo, idea que superaría a la de taller, propia de la primera fase de la Revolución Industrial.
Cibergrafia: https://sites.google.com/site/3daldairgrandeest162/home/bloque-3/1-1la-aplicacion-de-nuevas-tecnicas-en-los-procesos-tecnicos-para-aumentar-la-productividad-la-calidad-y-la-eficiencia
|